Rematch
de un partido que se jugó hace un año en el mismo horario. Las realidades y
expectativas de ambos son bastante diferentes a las de enero 2011. Houston
llega mucho más sano que al partido anterior. El problema es que cerraron la
temporada con serias deficiencias. Perdiendo 3 de los últimos 4, contra equipos
de playoffs. Ese bache genera que estén en este partido. Para Cincy es la
confirmación de lo mostrado hace una temporada. Con mucho menos brillo que el
de 2010, encontraron la forma de meterse a enero. El tema es que en esta
oportunidad, la expectativa es mayor. Volverán a Reliant Stadium un sábado en
la tarde para intentar completar lo que el año pasado parecía mucho más
posible.
Cincinnati
en Houston (NBC):
Como pocos, o probablemente ningún equipo de la liga, los Texans colocan el
peso de su ofensiva de pase, en el éxito de su ofensiva terrestre. A diferencia
de equipos como Minnesota o Tennessee, que reposan en excelentes corredores el
éxito de toda su ofensiva, para los Texans es más un medio que un fin en sí
mismo. El problema con ese enfoque es que cuando el acarreo falla o no está en
condiciones de generar resultados en el tiempo disponible, el armado completo
se viene abajo. Ahí se encuentra explicación a las ultimas 3 derrotas de los Texans.
Piensen en esto: hasta la semana 14, los Texans admitían 8.5 puntos en promedio
en la primera mitad. Esa semana fueron a Foxboro y le permitieron 21 a los
Pats; dos semanas después fueron al Metrodome y se comieron 13 en la primera
mitad y en la 17 Indy les hizo 14. En todos esos partidos, Houston se fue al
descanso perdiendo por 10 o más puntos. Y en semejante escenario, el acarreo
quedo fuera de la ecuación demasiado temprano. Teniendo que recurrir al pase,
las cosas se hicieron mucho más sencillas para los rivales. Perdiendo por 10 o más
puntos, los números de Matt Schaub se vienen abajo. Aun completando 62%, lanzo
solo 1 TD, 3 INT’s, lo capturaron 4 veces y tuvo rating de 71.7. Queda claro
que la ofensiva de los Texans está para sostener ataques o sacar ventajas. En
el peor de los casos, para guerra de puntos; no para remontadas. Parar el
acarreo es la fórmula. Es la razón por la que los Texans están por debajo del
promedio de la liga en yardas por avanzar en tercera oportunidad (promedian 6.9
yardas por avanzar en tercera y el promedio de la liga es 7.3). El problema
para Cincy no es precisamente de formas. Los Bengals tienen la octava defensiva
que más entregas de balón forzó en el año (30) y la tercera que más balones
sueltos recuperó (16). La clave es una línea defensiva que se especializa en
pegar más que en detener. Geno Atkins tuvo una de las mejores temporadas de
cualquier liniero defensivo en la liga. Lidero la caja de los Bengals en
fumbles forzados, presiones al pasador, capturas y detenciones de acarreo. Solo
la extraterrestre temporada de JJ Watt supera eso. Los Texans distribuyen sus
acarreos de manera diferente al resto de la liga. Envían apenas 40% de sus
acarreos por el centro, y el restante 60% los distribuyen equitativamente entre
los tackles y por fuera de los mismos. Cincy no suele llenar la caja, pero los
Texans necesitan que lo hagan. Es la clave de todo el juego. Si Houston logra
forzar que Cincy coloque mayoría de elementos en la caja, Schaub podrá explotar
emparejamientos favorables, especialmente contra los apoyadores de los Bengals
en la zona media. Habiendo forzado 30 entregas de balón en la temporada, la
clave para Cincy es volver sobre ese detalle. Buena parte de los puntos que le
dieron forma a sus últimas 7 victorias, salieron de robos de balón, incluidos
los 3 para eliminar a los Steelers en Heinz Field. Houston es particularmente
seguro con el balón, pero las entregas definieron sus últimos 4 partidos. Del
otro lado, es un tema de locación. En Reliant, los Texans admiten apenas 50% de
completos a los pasadores rivales. Un
número grosero, considerando que defensivas como las de Pittsburgh y San
Francisco admitieron entre 59 y 62%. Pero enfrentan un pasador de los más
consistentes de la liga cuando a trabajar según locaciones se refiere. De
hecho, Dalton tuvo mejor porcentaje de completos, mas yardas y más TD’s como
visitante este año. Mucho decir teniendo en cuenta la división en la que juega.
El emparejamiento clave es el de AJ Green. Con él, Dalton completa 69% de sus
intentos. Sera responsabilidad de Kareem Jackson, que ha mejorado muchísimo
esta temporada. De hecho, permite apenas 47% de completos en contra. Eso es una
buena noticia para los Texans, porque el año de Jonathan Joseph no ha sido tan
bueno como el anterior, aunque su contribución mayoritaria ha venido en la
caja. El problema de marcar a Green es que representa una amenaza en todas las
distancias. Los Bengals lo utilizan libremente en ambos costados y en la
ranura. Si Houston le asigna marca personal, será interesante ver cómo trabajan
a Jermaine Gresham en zona media. Puede ser con una mix de zona y mucha
cercanía de Joseph, o simplemente dejárselo a los apoyadores. En ese segundo
escenario, Gresham lleva todas las de ganar.
Pronostico: Houston llega en mucha mejor forma
física que hace un año. Pero en mucha peor forma anímica. La clave del partido
será la seguridad con el balón. Cincy vive de convertir en puntos las entregas
del rival, buena parte de las cuales son consecuencia de una caja
extremadamente física. Los Texans juegan en casa, donde perdieron 2 de sus 4
partidos del año. Pero aun entrando a enero tambaleándose, tienen la ventaja de
jugar en un lugar donde el local siempre tendrá ventajas. Cincy no parece ser
el equipo que ponga fin a la temporada de Houston. Pero al menos aseguran tanta
pelea como hace un año. Texans 28 – Bengals 17.