Hay
una premisa que se ha sostenido desde la pretemporada (probablemente desde el
partido de ronda divisional en enero de 2013): es imposible que los Seattle
Seahawks pierdan en casa. Los Cardinals probaron que ninguna premisa puede
pretenderse infalible. Ganaron en C-Link a pesar de 4 INT’s de Carson Palmer.
Aun con ese partido fresco en la mente (semana 16), los Seahawks jugaran el
Campeonato de la NFC como favoritos. La mejor defensiva de la liga, en el
estadio que ha otorgado mayor ventaja a los locales que cualquier otro en la última
década. Enfrentan a la última creación de la era de los comodines incómodos
(sepan disculpar el pobre juego de palabras). Aun jugando su tercera final de
la NFC consecutiva (segunda seguida como visitantes del sembrado 1), los Niners
no son favoritos. Su temporada se divide en un inicio bastante regular y un
cierre con regresos importantes de jugadores clave que los tiene con una racha
de 8 victorias al hilo y exigiéndoles la novena para su segundo viaje al Super
Bowl en años seguidos. Jugaran en el sitio donde se vio lo peor de su pasador
y, en general, del equipo en las últimas dos temporadas. No son pocas las cosas
que tendrían que haber cambiado desde el partido de la semana 2 y, en general,
de lo visto en la temporada si en San Francisco quieren volver a atravesar el país
para ver a los Niners jugar el primer domingo de febrero.
SAN
FRANCISCO EN SEATTLE
¿Hay
alguna forma…? ¿Existe alguna manera…? ¿Pueden los Niners ganar en C-Link? Cualquiera
que revise la producción reciente de ambos equipos podría pretender que el
domingo se enfrentan los ascendentes Niners contra los descendentes Seahawks.
La derrota contra los Cardinals y la pobre producción ofensiva del Divisional
contra New Orleans en contraste a las victorias en Green Bay y a la por
momentos apabullante victoria en Carolina. Puede resultar una forma un tanto
inocente de mirar el asunto, pero la historia reciente demuestra que los
primeros sembrados que muestran cierto declive en su juego a finales de
diciembre pueden ser susceptibles en enero. En ese sentido, hay esperanza para
los Niners.
Lo
primero que hay que eliminar de la mente de cualquiera que pretenda mirar este
partido como uno parejo entre dos equipos parecidos es la idea de que la
defensiva de San Francisco esta en el mismo planeta que la de los Seahawks. En
lo que se refiere a defensiva, Seattle tuvo un año igual o mejor al de la
ofensiva de los Broncos (aun sin los records). En lo que si se parecen es en la
filosofía desde la que asumen el juego. El acarreo para generar espacios para
el pase, la idea de una defensiva que ataca en lugar de leer y reaccionar y una
constante búsqueda (exitosa en mayoría de ocasiones) para generar el error del
rival y aprovecharlo. Ambos basan en esas ideas su trabajo. Lo que diferencia
todo es la ejecución y en ese aspecto entra en juego el talento que tenga cada
equipo. Esa es la batalla que han ganado los Seahawks y entraran ganando el
domingo en la noche.
Seattle
basa su trabajo defensivo en el hibrido de una secundaria que trabaja un Cover
3 casi clásico, pero que incorpora elementos de marca personal en los costados
y zona en el centro. El elemento central del Cover 3 como esquema es que envía 3
backs defensivos a la zona profunda (dos esquineros y el safety libre), dejando
4 elementos para marcar zona media y flats (apoyadores en zona media y flats y
el otro safety sube a la caja a apoyar por el centro). Queda un elemento libre
que es utilizado como soporte contra el acarreo, para generar dobles marcas o
ruidos en zona media interrumpiendo rutas o para, en última instancia,
presionar al pasador. Parte de la base 4-3 Under, como la Predator de Billy
Davis en Philly, pero tiene formas mucho menos refinadas, al
menos según el Wall Street Journal.
Los
esquineros marcan costados y no receptores. Richard Sherman se estaciona en el
costado izquierdo de la defensiva (derecho de la ofensiva) y desde ahí trabaja
con presión desde el snap. Del otro lado, Byron Maxwell trabaja con una idea
similar. Si hay alguien trabajando la ranura, lo toma Walter Thurmond, un
esquinero nickel que si juega con base en zona y se aprovecha de la ayuda de
los físicos y agiles apoyadores de los Seahawks. El gran problema que le genera
esta secundaria a Colin Kaepernick es que golpea su mayor debilidad a esta
altura de su joven carrera: la progresión de lecturas. Esquineros que marcan a presión
desde el snap usualmente van a quitarte la primera lectura y Kaeps ha probado
que le cuesta hacer sus progresiones o escapar de un bolsillo colapsado
manteniendo la vista en sus opciones. Seattle no va a entregarle nada al
pasador de los Niners diferente a lo poco que le han entregado en los últimos dos
años. Cuando Kaepernick quiso forzar lecturas donde no las había, el balón terminó
en manos de los Seahawks. Eso es un problema porque, como ya mencionamos en la
previa de comodines, San Francisco pierde 9 de 10 cuando pierde la batalla de
las entregas de balón.
El
regreso de Michael Crabtree ha significado para la ofensiva de pase de los
Niners un arma que puede generar separación consistente en zona profunda. Pero
aun está por verse que Kaepernick pueda generar algo en esas rutas profundas
cuando Crabtree quede mano a mano. Podria pensarse que Crabtree saliendo de la
ranura puede generar problemas o con combinaciones de rutas con combinaciones
de spacing
desde los flats. El problema en ese caso no son solo los ya mencionados
apoyadores Bobby Wagner, Bruce Irvin y el casi seguro para el domingo KJ
Wright; se suman a la ecuación los safeties Kam Chancellor y Earl Thomas. En
particular Thomas ha perfeccionado el arte de eliminar el seam o la option route de
alas cerradas y receptores que salen desde la ranura. Y el trabajo de los
Seahawks es tan milimétrico en su zona de Cover 3, que incluso en los drop
zones entregan ventanas mínimas. Todo eso es una muy mala noticia para Vernon
Davis.
Por
último está una línea defensiva con un liniero clásico para trabajar técnica de
2 espacios (Red Bryant) y un set de pass rushers internos y externos como
Michael Bennett, Cliff Avril y Chris Clemons. Seattle ha construido su imperio
defensivo con presión de 3 o 4 elementos. Enviaron 5 elementos a presionar en
23% de snaps, permitiendo 5.6 yardas por pase y 6 o más en apenas 4% de snaps,
permitiendo un ínfimo 3.1 yardas por intento. Queda claro que lo mejor no es
atacarlos por pase…
Pero
por tierra no les va tan bien. El problema de un set de pass rushers agiles con
solo un elemento con capacidad para “comer” espacio en la línea, es que el
acarreo va a tener algunas libertades no deseadas. San Francisco puede descansar
en Frank Gore hasta donde la situación del partido se los permita. En sus últimas
dos visitas a C-Link no pudieron hacerlo por quedar demasiado lejos en el
marcador muy temprano. En cualquier caso, a San Francisco no le fue tan bien
acarreando este año. Tuvieron problemas especialmente para trabajar por el
centro, donde Mike Iupati y Alex Boone han tenido problemas para establecer
carriles por si solos en la línea. Gore puede explotar cualquier callejón disponible
y su capacidad de anticipar ángulos de tackleo en campo abierto genera serios
problemas en toda la liga, pero los Niners tienen que poder asegurarle llegar
al segundo nivel. Las jugadas de zone-read, han generado muy poco este año para
San Francisco este año (3.5 yardas por intento). Seattle permitió miserables 2.6
yardas por intento contra esas jugadas, así que no parecen ser una opción viable.
Del
otro lado puede llegar a emparejarse el duelo, pero solo si los Seahawks lo
permiten. Junto a Crabtree, el regreso de Aldon Smith ha sido en buena medida responsable
de la racha de los Niners. Especialmente porque le devolvió al costado derecho
de la defensiva de San Francisco la capacidad de generar presión con 4, a
partir de stunts de los apoyadores. El domingo se verán las caras contra la
peor unidad de los Seahawks, su línea ofensiva. Piensen que hace apenas una
semana, Carroll tuvo que hacer un cambio en la línea y titularizar al novato de
séptima ronda Micah Bowie como guardia izquierdo, ante la inconsistencia de
James Carpenter para bloquear en acarreo. Bowie se verá la cara con Justin
Smith. Y el regreso de Aldon significa que, a menos que venga del centro, Bowie
no tendrá demasiada ayuda.
El
principal problema de Bowie, su primer paso, es precisamente la mayor ventaja
de Justin Smith que se ha hecho un nombre en los últimos años adelantándose a
conteos. Los stunts de los Niners suelen generar espacio para que Aldon o
alguno de los apoyadores medios entre a presionar. Como ya establecimos en la
previa de comodines, San Francisco también vive de la presión con 4. De hecho
enviaron 6 o más a presionar apenas en 2% de snaps en la temporada, permitiendo
la grosera cifra de 2.6 yardas por intento en esas jugadas. El gran tema es
como puede trabajar esa secundaria, que no solo ha sufrido por lesiones, sino
por falta de talento.
Con
la duda sobre si jugara o no Carlos Rogers, la secundaria de los Niners tiene
en Tarrell Brown a su único esquinero confiable. La capacidad de Russell Wilson
para salir del bolsillo y generar jugadas en zona profunda debe ser una preocupación
de Vic Fangio. La ventaja que tienen los Niners es que sus apoyadores medios
pueden marcar básicamente cualquier ruta en el árbol de los receptores de los
Seahawks. Aun retrocediendo para marcar en zona, Bowman y Willis son capaces de
sellar espacios en los flats y en zona media con gran velocidad. El problema
siguen siendo los esquineros y la capacidad que puedan tener de marcar mano a
mano mas allá de 10 yardas. Eric Reid y muy especialmente Donte Whitner seguirán
trabajando desde el concepto de Cover 2
Rubber (con uno rotando para marcar pase en zona y el otro quedándose cerca
de la caja para apoyar contra el acarreo o marcar en zona media) que tan buenos
resultados le entrego a Vic Fangio a finales de la temporada.
Parar
el acarreo no es un problema que le quite el sueño a los Niners, pero tampoco
es su mayor virtud. A excepción de los Smiths, no hay demasiado que pueda hacer
oposición en la línea de los Niners al bloqueo en zona de la línea ofensiva de Seattle.
Seattle vive del acarreo para establecer su ofensiva. Es lo que le da sentido a
cualquier idea. Contra los Niners necesitaran trabajo terrestre efectivo desde
temprano, porque solo de esa manera podrán generar al menos una mínima duda en
Willis y Bowman al momento en que aparezca el play-action.
PRONOSTICO: En Carolina hace una semana, San
Francisco ganó apenas su segundo partido de las 11 ocasiones en que perdieron
la batalla de las entregas de balón en la era Harbaugh. Una de sus 9 derrotas
ocurrió en la semana 2 en el mismo estadio donde jugaran el domingo, cuando
entregaron el balón 5 veces y anotaron solo 3 puntos. Las posibilidades de los
Niners pasan por un partido de ejecución perfecta, contra la mejor defensiva
que ha visto la liga en mucho tiempo. No solo por talento y esquema, sino por
consistencia. Todos saben cómo juegan los Seahawks y muy pocos han podido
sacarlos de libreto. Jugando en casa, solo podemos sostener lo que escribimos
en la previa de la temporada: no hay forma que Seattle pierda en C-Link en
enero. Solo sería posible con el peor partido de los Seahawks en la era Carroll
y el mejor partido de los Niners en la era Harbaugh. Seahawks 27 – Niners 14.