El 10 de octubre, los Raiders se encontraron con una ventaja de 12 puntos en los primeros 5 minutos de su partido contra los Chargers. Después de eso, la inefable zona en la secundaria de los Raiders permitió que Philip RIvers pasara 431 yardas y mucha gente en Oakland aun se pregunta cómo ganaron ese partido (y como perdieron en Phoenix también). Que los problemas de Oakland hayan coincidido con la peor parte de la temporada de Darren McFadden es una demostración de lo pobre que es el pase en la ofensiva de Oakland. Sostengo la opinión de que Jason Campbell es un QB que puede hacer de esta ofensiva una competitiva siempre y cuando tenga las armas. Comparando retos, Bruce Gradkowski se vio peor contra una defensiva de calidad pero no del nivel de la que se comió a Jason Campbell en Heinz Field hace 2 semanas. De no estar lesionado Gradkowski, la decisión de Cable seguiría siendo sencilla: Campbell debe ser el QB de los Raiders. En cualquier caso, correr es la única forma de ganarle a los Chargers. Porque la secundaria de San Diego es competitiva y porque la presión al QB es igual de buena. McFadden se perdió el partido en el Coliseo, pero Michael Bush consiguió 104 yardas contra esta misma defensiva. Los Chargers también han cambiado desde el primer partido. Lo fundamental, es que recuperaron a Marcus McNeill. Aunque el resto de la línea sigue siendo la misma. Matt Shaugnessy, Tommy Kelly y Richard Seymour tuvieron un gran partido en octubre. Lo que destruyo a Oakland fue el trabajo de una secundaria que no se había adaptado a la zona en aquel momento (y en este momento no es mejor el panorama). Malcom Floyd y Nnamdi Asomugha será elemparejamiento del dia. Negarle al menos 1 de sus blancos favoritos a Philip Rivers, será una buena manera de controlarlo.
Del M&T Bank Stadium saldrá el dolor de cabeza de la AFC en playoffs. El que pierda entre Ravens y Steelers seguramente terminara como uno de los comodines de la AFC y algún líder divisional tendrá que verle la cara en el fin de semana de comodines. Baltimore gano el primer round con una de esas jugadas de último segundo que la defensiva de Pittsburgh no admite todos los días. Los Steelers llegan con un problema de línea ofensiva que ya les costo en el partido de Heinz Field. Aquel día, no estuvo Kris Kemoeatu y entre Haloti Ngata y Terrell Suggs trabajaron muy bien ese costado. El que no estará en esta ocasión es el tackle izquierdo titular Max Stakrs. Jonathan Scott ha sido muy inestable desde que tomo su puesto en la línea. Ngata y Suggs siguen siendo igual de consistentes. La defensiva de los Steelers perdió a Aaron Smith desde el primer partido. Baltimore corrió 70 yardas ese dia y correr contra Ziggy Hood no es un problema tan grande como correr contra Smith. Además, Baltimore recupero a Ed Reed (aunque Fabian Washington tuvo su último partido decente de la temporada contra los Steelers). Para Pittsburgh la formula parece ser evitar que los Ravens entre en ritmo ofensivo temprano. Aunque son los últimos cuartos los que les pesan a los Steelers en defensiva, caer temprano detrás de Baltimore significaría abandonar el juego por tierra (aunque no hace falta demasiado para que Bruce Arians se olvide de Rashard Mendenhall). Con los problemas de línea ofensiva que arrastran, pasar es una aventura para los Steelers.
Cuando Dallas recibió una felpa de Green Bay, Wade Phillips fue despedido. Cuando ocurrió una cosa semejante con Minnesota, Brad Childress fue quien perdió su empleo. Que los Packers sean los encargados de dejar sin trabajo al entrenador de la tercera mayor decepción de la temporada, no sería nada descabellado. Ir a Lambeau Field sin Frank Gore y con Troy Smith como pasador no es precisamente el escenario más alentador. Mucho más cuando los Packers saben que una derrota los deja en el ruido de la pelea por el comodinato y los aleja de los Bears. Green Bay tiene a Detroit, New England, NY Giants y Chicago en sus últimas 4 semanas. San Francisco parece el último escollo sencillo en ese calendario. Los Niners saben que Green Bay es la última oportunidad (aun con lo mediocre que es la NFC Oeste). Encontrar la manera de correr contra los Packers parece la mejor opción. Michael Crabtree tendrá en frente a Tramon Williams y Vernon Davis tendrá que trabajar con Desmond Bishop. Eso, sumado a la presión de los Packers, parece poner suficientes trabas a Troy Smith. Sin Frank Gore, el centro de la línea debe ser el terreno fértil del veterano Brian Westbrook. En ese contexto, dominar a BJ Raji es la tarea fundamental para la línea ofensiva de los Niners. Por momentos, los Falcons pudieron hacerlola semana pasada. Que exista una línea ofensiva capaz de hacerlo todo un partido, es otra historia.
En algún punto de la temporada, Raheem Morris dijo que su equipo era el mejor de la NFC. Ver el record de los Bucs en este momento, es encontrar a uno de los equipos con importantes chances de playoffs (7-4). Pero Tampa ha seguido una línea particularmente interesante en su calendario: tienen 7-0 contra equipos de record perdedor y 0-4 contra equipos de record positivo. En Baltimore perdieron 50% de posibilidades de mantenerse en la pelea por su división. Este domingo reciben a Atlanta para jugarse el 50% restante. Enfrentan al mejor equipo de la NFC (estos gozan del consenso mas allá de Raheem Morris) y a una ofensiva que no ha entregado el balón en sus últimos 4 partidos (la racha comenzó justamente contra Tampa). Que la defensiva de Atlanta no gane partidos no es precisamente la principal preocupación de Mike Smith en este momento. Es el altísimo nivel de su ofensiva lo que los ha traído hasta aquí. Los dos escollos más importantes de la temporada de los Falcons son esta visita a Tampa y recibir a los Santis en el Monday Night de la semana 16. Llegar a ese MNF con ventaja sobre New Orleans, prácticamente les aseguraría la división y, porque no, el mejor record de la conferencia. El domingo, deberán repetir lo que consiguieron en el primer partido contra estos Bucs: obligar a Josh Freeman a pasar. Atlanta llego a ganar ese partido por 14 a inicios del segundo cuarto. Las ventajas tempranas obligan a las ofensivas rivales a ir abandonando el juego por tierra. Ese dia, Tampa corrió 96 yardas, Josh Freeman lanzo 2 INT y no supero las 200 yardas aéreas. Obligar a pasar a los Bucs es llevarlos al lugar donde menos comodos se sienten ejecutando. Atlanta tiene la ofensiva y la defensiva terrestre para obligar a Tampa a hacer eso. Entrar con 10-2 a la parte final de la temporada, es fundamental para no permitir que New Orleans les saque el liderato de la división el 27 de diciembre.
Mark Sánchez se encontrara el lunes en la noche con una defensiva que tiene 2 partidos consecutivos teniendo actuaciones de” defensiva oportunista”. Si la consigna contra los Pats es intentar pegarle a la secundaria (como lo hicieron en el primer partido entre ambos), Sánchez debe tener en cuenta que esta versión de los Pats tiene varias mejorías respecto a la de inicio de temporada. La primera y más resaltante es Devin McCourty. Seguramente, será el encargado de marcar a Braylon Edwards. McCourty tiene todas las características de un esquinero al que hay que retar lo menos posible. Para Sanchez ese quizás no sea un problema. Si Kyle Arrington es el encargado de marcar a su objetivo favorito de las últimas semanas, Santonio Holmes, Sánchez podrá continuar trabajando secundarias como el capitán checkdown que se ha mostrado en el último tiempo. La otra cosa que debe preocupar a Sanchez, son las cargas de New England. De 5, 6 y hasta 7, las cargas de los Pats se han convertido en una buena manera de amarrar resultados para Bill Belichick. No las manda siempre, pero las usa en situaciones tope. La característica fundamental en las últimas y sufridas victorias de los Jets ha sido no poder cerrar lo que dominan de entrada. Si contra New England llega a ocurrirles alo parecido, tendrán un serio problema no solo el lunes, sino en enero. Con Baltimore, Pittsburgh, Indy y San Diego como posibilidades, nadie quiere terminar como comodín. Menos aun, desechar la posibilidad de ser el primer sembrado en la conferencia.