El
último partido del fin de semana de comodines se juega en Landover, Maryland.
FedEx Field recibe su primer partido de playoffs desde 1999. Es el choque de
dos equipos tan parecidos como talentosos. El triunfo de dos proyectos jóvenes y
con un techo particularmente lejano. Para Washington es la ganancia de la
apuesta más grande hecha por la franquicia en los últimos 5 años: RGIII.
Seattle se une a la lista de equipos que tendrán que visitar en comodines a un campeón
divisional con peor record que el propio (ocurre también con los Colts este fin
de semana). La locación es uno de los pocos aspectos que diferencia un equipo
del otro, en el partido más parejo del fin de semana.
Seattle
en Washington (FOX):
Así como en algún momento lo fue el esquema Wildcat, la sensación de esta
temporada es el “Read option”. El esquema ofensivo que trabajan tanto Seahawks
como Redskins. La idea es simple: el intercambio de balón entre corredor y
pasador es opcional, en la medida que la lectura del pasador a la propuesta de
la defensiva le indique que la mejor opción es pase, acarreo del corredor o
escapada del propio pasador. Lo único invariable y lo que convierte a este enfoque
en uno tan peligroso, es la finta de intercambio. Tanto Russell Wilson como
Robert Griffin III trabajan bastante bien este esquema. En el caso del pasador
del Seattle, la idea no es plena en el libro del coordinador ofensivo Darrell
Bevell. De hecho, Russell Wilson trabaja bien la read option, pero Wilson ha
sido mejor pasador en el bolsillo y en jugadas de bootleg (movimientos del
bolsillo a los costados). Griffin es un maestro del esquema. Nadie lo agradece más
que su tackle izquierdo Trent Williams, que ha tenido su mejor año protegiendo
a un pasador cuyas fintas de intercambio de balón suelen congelar a las cajas
rivales inmediatamente. Así de bien venden la finta Griffin y Alfred Morris. Detrás
del esquema, se encuentra la llamada “Pistol Offense”, una formación caracterizada
por el pasador a 3 o 4 yardas de la línea ofensiva, con un corredor detrás.
Todas estas cuestiones de táctica, serán más que cotidianas luego de 5 minutos
del partido del domingo en Landover. Los Seahawks recuperan a su esquinero
Brandon Browner que vuelve de una suspensión por 4 partidos por abuso de
sustancias. La buena noticia de recuperar a Browner es que se une al mejor
esquinero de la temporada: Richard Sherman. Seattle tiene la única pareja de
esquineros que admite menos de 50% de completos, marcando mano a mano. Eso es
una mala noticia para un Griffin que termino de encontrar buen ritmo con Pierre
Garçon en las últimas 5 semanas (45 de los 68 intentos que tuvo Griffin con Garçon
en la temporada, llegaron en los últimos 5 partidos del año). Las otras
opciones de Griffin, Josh Morgan y Leonard Hankerson, son poco utilizadas, aunque
contra una defensiva tan física como la de los Seahawks, la presencia en zona
media nunca sobra. Como contra todo equipo que se enfrenta a una read-option,
una de las primeras cuestiones a tener en cuenta es la capacidad de los pass
rushers de leer lo que envía la ofensiva antes de reaccionar. Red Bryant no es
precisamente un liniero con capacidad de lectura de situaciones. Ese
comportamiento puede venir del lado de Chris Clemons y aun en ese escenario,
Trent Williams le dará bastante trabajo. Seattle tiene la ventaja de dos
esquineros que pueden marcar mano a mano todo el partido y asignan la zona
media a Earl Thomas. El resto de sus recursos se mantienen en la caja, con Kam
Chancellor entrando y saliendo de la misma, sea para apoyar el acarreo para dar
paso a un esquinero puro en la ranura (usualmente Marcus Trufant). Contra una
caja llena, Washington tendrá que generar salidas con pase a la presion que no
deja de venir de parte de la caja de Seattle. Le va bien a Griffin trabajando
fuera de bolsillo, pero el gran tema será que encuentre opciones abiertas. Del otro
lado, el reto para Washington es enfrentar al que probablemente es el equipo
con mayor cantidad de armas de esquema disponibles. Se especializan en el
ataque terrestre. Ese aspecto en particular, es un problema para los Redskins.
No solo porque son la quinta peor defensiva deteniendo acarreos detrás de la línea
de golpeo, también porque enfrentan a una ofensiva a la que apenas le
detuvieron 15% de acarreos detrás de la línea en la temporada (menor porcentaje
de la liga). Washington tiene problemas trayendo presion sobre el pasador, un
problema con el que han cargado todo el año desde la lesión de Brian Orakpo.
Ryan Kerrigan es el mejor pass rusher del equipo y el esquema Haslett le da más
responsabilidades de lectura contra el acarreo, que de presion. Russell Wilson
es uno de los pocos pasadores en la liga con mejores números fuera del bolsillo
que dentro del mismo. Es un tema de diseño, porque buena parte del libro
ofensivo de Seattle emplea esa perspectiva. Lo que hace difícil enfrentar un
pasador que escapa del bolsillo por diseño es sostener las marcas en la
secundaria. En el caso de Washington, la preocupación pasa por la marca de
Sidney Rice, que seguramente será responsabilidad de DeAngelo Hall. El
esquinero de los Redskins viene de su mejor partido de la temporada contra
Dallas y Dez Bryant, pero Rice es otra historia. No demandara tanta presencia física
de Hall, como manejo de espacios y ángulos. Algo en lo que le ha ido
particularmente mal este año al defensivo. Washington necesita encontrar formas
de sacar el ritmo al juego de pase de Seattle. Ha ocurrido en las últimas 4
semanas, que los Seahawks toman cierto ritmo a partir de acarreos largos de
Marshawn Lynch y ese es el set-up perfecto para que aparezca el quirúrgico trabajo
de distancias de Wilson. Si Washington no encuentra una forma de hacer llegar
la presion, la ofensiva de Bevell, Lynch, Wilson y compañía encontrara todos
los espacios abiertos en zona media.
Pronostico: Ambos llegan con esquemas parecidos,
rachas parecidas, armas parecidas… incluso historias parecidas. Es la clase de
partidos que se definen por detalles de talento individual y ejecución exacta
de la idea planteada. Ambos vienen de jugar partidos particularmente duros
dentro de su división. Pero Seattle ha demostrado que puede ser consistente
tanto dentro como fuera de CenturyLink Field. El partido demanda de su parte
una actuación similar a la de Soldier Field a mediados de temporada. Especialmente
porque el rival es una amenaza latente, con más meritos de los que incluso su
record dice. Seahawks 24 – Redskins 21