lunes, 17 de mayo de 2010

El caso Cushing y el silencio de algunos...


Es una vergüenza todo lo que ha ocurrido alrededor del caso del apoyador de los Texans y ex USC Trojans. Pero lo positivo de este positivo (permítaseme el chiste facil) es que ha abierto un debate alrededor de la liga respecto al tratamiento que debe dársele en la opinión pública (ya la liga tiene bien claro su castigo) a personajes y casos como el de Brian Cushing.

Recapitulemos: en septiembre de 2009, justo antes de comenzar la temporada regular, Cushing entrego a la liga una muestra de orina como parte del test aleatorio contra sustancias prohibidas. Esa muestra contenía hCG, una sustancia que produce naturalmente el cuerpo humano, pero que suele ser utilizada luego de un ciclo de esteroides, por lo cual, está en la lista de sustancias prohibidas por la NFL. Lo que hace el hCG es, básicamente, reiniciar la producción de testosterona que, cuando se consumen esteroides, deja de ser producida naturalmente por el cuerpo del hombre. Esa es la sustancia por la que Cushing arrojo positivo en septiembre. Según declaró, la NFL le notifico en octubre que su prueba de orina había arrojado positivo. Ni Cushing ni los Texans hicieron pública esa noticia. Primera polemica: si Cushing es inocente como dice ¿Por qué no dio a conocer los resultados de la prueba en octubre o cuando termino la temporada? ¿Por qué esperar a que la NFL hiciera oficial el castigo para preparar su defensa?

Quizas lo que más despertó polémica no fue el positivo en sí mismo, sino el hecho de que a Cushing se le había entregado el premio al “Novato defensivo del año” que lleva adelante la agencia AP. Ante las noticias del positivo de Cushing, su castigo anunciado por la liga y la enorme presión que se genero en el medio periodístico para que se hiciera una nueva votación, AP reabrió la votación para el premio, permitiendo que los periodistas cambiaran su voto o lo retiraran según desearan. Segunda polémica: ¿Por qué reabrir la votación a todos los candidatos? En particular este punto me genera cierta molestia. No entiendo porque reabrir la votación a todos los candidatos y no solo a Cushing. Eran los votos recibidos por él los únicos que debieron ser susceptibles a ser cambiados. Si se iba a permitir que Cushing estuviera en la re-votación, AP debió hacer todo el proceso de nuevo y no solo dejar a los periodistas que votaron cambiar su voto según quisieran. El formato elegido por AP permitió que varios votantes cambiaran votos que habían dado por candidatos distintos a Cushing (Clay Matthews, Brian Orakpo, James Laurinaitis y Jairus Byrd). Así, algunos votantes cambiaron sus votos a esos candidatos y otros a Cushing. En suma, dos formatos de votación diferentes con valoraciones diferentes. Algo insólito.

Cerrada la re-votación, AP dio a conocer los resultados (pueden revisarlos aquí: http://yhoo.it/dlOCsd). Se confirmó a Cushing como ganador del premio. Tercera polémica: ¿Cómo quedan quienes volvieron a votar por Cushing ante la opinión pública y ante sus colegas? Este es el punto más álgido del debate. Fundamentalmente se critica a quienes volvieron a votar por Cushing acusándolos de una especie de doble moral en el tratamiento a los jugadores de la liga. Por un lado, critican actitudes como la de Ben Roethlisberger y, por otra, le dan un reconocimiento a un jugador de comprobada traición a los principios del deporte en sí mismo. Aducen los que volvieron a darle su voto a Cushing que el positivo fue en septiembre (en offseason) y que el jugador dio negativo en todos los test que se le hicieron durante la temporada regular, por lo tanto, no puede juzgársele por lo que hizo fuera de temporada o, al menos, no puede decirse que el supuesto consumo de esteroides de Cushing haya influido en su atuacion durante la temporada.

En términos objetivos, solo John McClain del Houston Chronicle escribió las razones por las cuales volvió a darle su voto a Cushing. El resto: silenzio stampa. Ese silencio dista mucho de lo que escribieron quienes no votaron por Cushing y quienes acusan a los votantes del apoyador de haber traicionado principios de la profesión. “They Sold Out” escribió Vic Ketcham de jaguars.com. Austin Murphy de Sports Ilustrated escibio en su twitter: “Memo to 18 AP voters who let Brian Cushing keep his award, despite clear PED use: you should be tested yourselves. What a f’king joke”. Howard Balzer de Fox Sports escribió: “The AP gave us a chance to right a wrong and it was fumbled badly. And Cushing has the gall to say he is still “honored””.

En suma, Cushing ha dividido los criterios de periodistas, fanáticos y opinión pública en general. Está claro que el uso de esteroides de su parte tuvo impacto en su rendimiento durante la temporada. El que no haya arrojado positivo en ninguna de las pruebas que se le realizaron durante la temporada regular, no es excusa para no castigarlo. El jugador, se defiende, diciendo que no ingirió ni se inyecto hCG y que no tiene idea de cómo esta sustancia entro en su sistema. Dijo que buscaría asesoría médica para demostrar su inocencia. Parece un poco tardía la reacción, teniendo en cuenta lo lejano del positivo.

Más allá de las opiniones que se tengan al respecto, el caso Cushing es una demostración de lo mal manejados que son algunos escándalos en la NFL. Este en particular, incluyo errores en varios puntos. Desde la no divulgación temprana del positivo por parte de Cushing, hasta el incomprensible formato de re-votación de AP (por no hablar de quienes votaron de nuevo por Cushing). Quizás las únicas tres personas cuyas ideas estuvieron claras en todo este asunto son Chris Mortensen, Howie Long y Tom Silverstein. Habían votado por Cushing en la votación original y en la re-votación se abstuvieron. No convalidaron la actitud del jugador, ni el desastroso invento de AP. Sirvan de ejemplo para manejar asuntos que requieren seriedad.

Muchos periodistas se vieron bastante cómodos haciendo chistes de mal gusto cuando el escándalo de Ben Roethlisberger exploto. De alguna manera, el hecho de que el escándalo haya sido público gracias a fuentes de farándula y no deportivas (TMZ), los hizo sentirse liberados de responsabilidad. Lo paradójico, es que varios de ellos le reafirmaron su voto a Brian Cushing y ante las peticiones de colegas y fanáticos de una explicación por tal actitud, han respondido, simplemente, con silencio.