viernes, 21 de enero de 2011

NFC Final de Conferencia: Packers en Bears.


Hay algo de épico en los partidos de futbol americano en nieve. No sé que sera, pero prefiero ver finales de conferencia en Soldier Field que en Lucas Oil Stadium (de hecho, entre los domos solo me gusta Louisiana Superdome). Chicago recibe su segunda final de conferencia en los últimos 5 años. Como todo partido en frio, será cerrado. Más aun, si consideramos que los que se enfrentan son rivales de división.

Green Bay en Chicago: El principal argumento a favor de los Bears no es la localia. Es su defensiva. Básicamente porque si hay una defensiva que fue capaz de convertir a Aaron Rodgers en un QB del montón, esa fue la defensiva de Chicago. Los números no dicen precisamente eso. En 2 partidos esta temporada contra Chicago, Rodgers completo el 72% de sus pases y promedio 7.5 yardas por intento, lanzo 2 TD’s y 2 INT’s. En esencia, los números de Rodgers hablan de una defensiva que se doblo, pero nunca se rompió. La segunda parte del partido en Chicago de la semana 3 es particularmente demostrativa. Rodgers completo 18 de 21 para 138 yardas, 5 primeras oportunidades y 1 TD. Esas 7.6 yardas por intento son todo lo que los Bears le entregaron en ambos partidos. Obligar a Rodgers a trabajar corto no es lo peor que le puede pasar al QB de los Packers. De hecho, en las últimas 2 semanas quedo demostrado que puede trabajar con lo que las defensivas le entreguen y convertirlo en puntos. No es precisamente la ausencia de ataque terrestre lo que afecto a Rodgers en ambos partidos, no porque hayan podido correr consistentemente (los Packers promediaron 3.1 yardas por acarreo en ambos encuentros), sino porque Rodgers vivió con poco acarreo todo el año. Tampoco la presión fue demasiada: 2 capturas y 6 hits. Lo que hace de la defensiva de Chicago que molesta a Rodgers es cortar el ritmo de la ofensiva. Esquineros que rompen rutas, apoyadores que dominan la zona media, el típico esquema de 2 hombres profundos y Brian Urlacher en el medio, que es un hibrido de la Tampa 2 clásica y un Cover 3 donde el tercer hombre en la zona profunda es un apoyador en lugar de un safety. Los 4 frontales de los Bears tienen una enorme capacidad para detener el acarreo. Green Bay vivió en la temporada con 3.7 yardas por acarreo. Las 3.1 contra Chicago no representan un problema ofensivo de enormes proporciones. Piensen en esto: en los 2 partidos, los Packers acarrearon el balón 39 veces, 30 de ellas con un RB. En esas jugadas consiguieron solo 4 primeras oportunidades y 7 acarreos positivos (con ganancia de yardas). De las 123 yardas por tierra que consiguieron en ambos partidos, 41 son de Rodgers en 9 escapadas. Sacando los números de Rodgers, los corredores de Green Bay consiguieron 2.7 yardas por acarreo. 1 yarda menos de su promedio en la temporada y un considerable golpe a las necesidades ofensivas de cualquier equipo. Sin ataque terrestre, la Tampa 2 puede desplegarse. Pueden entregar 7 yardas en primera o segunda. Pueden enviar 7 hombres a la zona profunda y dormir todo el día de una zona demasiado amplia para que cualquier pasador trabaje tranquilo. Es allí donde los Bears han hecho la diferencia en ambos partidos. Parando el acarreo, obligando a Rodgers a pasar rutas cortas en toda situación. Jordy Nelson y Greg Jennings son el punto veloz de la ofensiva de pase de los Packers. Pero si no pueden correr rutas largas, pierden cualquier peso en el libro ofensivo de Green Bay. Especialmente Jennings. En el partido de la semana 17, a Jennings lo trabajaron Tim Jennings y Zack Bowman. Contra Jennings consiguió 2 recepciones en 7 oportunidades. Contra Bowman solo 1: la recepción de 46 yardas en la serie que termino en el TD de los Packers. En las 3 ocasiones en las que Bowman marco a Jennings, los Packers tenían 4 receptores en el terreno. Esa es una solución contra las zonas amplias. Especialmente porque obliga a la defensiva a jugar esquema “Dime” (6 backs defensivos) o emparejar un apoyador con un receptor. Ambas opciones son ventajosas para la ofensiva. Más para una como la de Green Bay. Del otro lado, Jay Cutler tiene algo que demostrar. No es que Rodgers no tenga nada que probar, pero si hay un QB que no recibe el reconocimiento que merece en la NFL, ese es Jay Cutler. Solo Ben Roethlisberger puede decir que llego tan lejos en una temporada con una línea ofensiva tan mediocre. Y el merito de Cutler es que lo ha hecho con pocos receptores y ninguno de elite. El principal problema de Cutler, es que Sam Shields puede trabajar con cualquier receptor que le envíen y Johnny Knox ira con Tramon Williams. Eso deja la puerta abierta para algo que el esquema Capers incorporo al final de la temporada y que los Bears ya sufrieron en la semana 17: Charles Woodson en la caja. En la semana 17, Woodson fue enviado a presionar al QB en 16 ocasiones. Consiguió 2 tackleadas para perdida de yardas y 1 hit a Cutler. Para los Bears no es consuelo que Greg Olsen pueda ser el comodín en el esquema contra Woodson. En esencia, porque Olsen es el primer sacrificado en las líneas de máxima protección que arma Mike Martz en numerables ocasiones. Lo que necesitan los Bears es a Matt Forte. Especialmente para establecer la base de la ofensiva de Chicago: la finta. Mantener ocupados a los apoyadores y no darle posibilidades a Dom Capers de llenar la línea y dejar a sus muy vulnerables guardias mano a mano con los pass rushers de Green Bay. Ya el problema no es Clay Matthews contra el tackle derecho. El problema, es el lugar por el que entra Matthews. J’Marcus Webb y Roberto Garza son igual de endebles para proteger el pase. Y Matthews se ha emparejado en varias ocasiones en las últimas 3 semanas contra guardias y no contra tackles. Especialmente, porque con Woodson en la caja, hay un apoyador menos. En esas jugadas Matthews va al medio junto a AJ Hawk, mientras Desmond Bishop pasa a la derecha. Es un cambio poco notable si no se revisa en video, pero muy difícil de contrarrestar. Especialmente con una línea tan pobre como la de Chicago. Si Forte logra establecer el acarreo, la tarde de Cutler no sera tan difícil y Chicago podrá trabajar con mucha menos presion. En caso contrario, prepárense para ver cualquier cosa cuando los Bears tengan el balón. Pronóstico: Green Bay es mejor equipo en el papel. Pero que nadie se quede con lo visto en las últimas 2 semanas. Si el retroceso en la revisión de los Packers es de 3 semanas, encontraran un pobrísimo juego ofensivo en Lambeau Field contra Chicago. Ese partido lo ganaron con defensiva y equipos especiales. Pero poco más. Si la ofensiva de Chicago es un signo de interrogación, la de Green Bay no lo es menos. El momento de Rodgers juga a favor de los Packers, la localia a favor de los Bears. Si el partido es cerrado, sera por algo mas que la simple rivalidad divisional. Packers 24 – Bears 17.