viernes, 12 de febrero de 2010

Los protagonistas: Super Bowl XLIV.


MVP: Drew Brees.

Señoras y señores, pónganse de pie y aplaudan un rato. Drew Brees no solo puede decir que fue el MVP del Super Bowl XLIV, también puede decir que el premio lo gano con absoluto merecimiento (algo que probablemente Peyton Manning no pueda decir de su premio de 2007). Los 32 pases completos de Brees empataron el record de un pasador para Super Bowl. Pero lo más importante es la manera en que manejo las ofensivas clave del partido. Todos los receptores elegibles de los Saints recibieron al menos un pase de Brees en la noche de su consagración entre los mejores pasadores de su generación. Las dos series ofensivas de los Saints que terminaron en TD fueron magistralmente manejadas por su QB. En la primera fue capaz de capitalizar la situación creada por la patada corta al inicio del tercer cuarto. Un drive magistral que termino con el pase de TD a Pierre Thomas. Pero el momento espectacular en la noche de Brees es el segundo drive anotador de 6 de New Orleans y que se completo con la conversión de 2 puntos de Lance Moore. En ese drive de galería, Brees completo pases con todos los receptores de los Saints que estuvieron en el terreno. Una demostración que el anillo de campeón, el premio al MVP y la membrecía para unirse al club de los mejores pasadores de su generación, fueron ganados con meritos de sobra. Chapeau Drew Brees…

Al podio:

Pierre Thomas y Tracy Porter: El primero hizo de todo un poco en el terreno de juego. Fue un playmaker de lujo cuando su equipo estuvo en situaciones comprometidas y su jugada para TD en el tercer cuarto es de las mejores de la temporada. El segundo, manoteo un pase de Manning, intercepto otro y fue capaz de secar a Reggie Wayne en toda la primera mitad y casi todo el partido, un lujo que pocos pueden decir que se dieron.

El villano: Peyton Manning.

Es lamentable que una temporada como la de Manning terminara de la manera que lo hizo. Pero en la memoria de todos los que vieron el juego del domingo quedaran: la patada corta al inicio del tercer cuarto y la intercepción de Porter a Manning como los momentos definitorios. Con justicia o no, lo del domingo abre la puerta para que Manning entre en el debate de si su rendimiento esta a la altura de juegos grandes. Una crítica que, si se revisa su carrera y el talento con el que ha contado, se verá que tiene poco de cierta. Pero, finalmente, es esta la fotografía de Manning que queda en un juego que era, para él y para Brees, una cita con sus respectivos legados en la historia de la liga.

Al podio: Jim Caldwell.

Sus decisiones poco comprometidas con los momentos del partido tuvieron un peso más que importante en el resultado final. Si Manning abrió la puerta a los críticos, Caldwell abrió la puerta para todos aquellos que hasta ahora pensaban que no está capacitado para dirigir este equipo, pero que no lo habían expresado por la temporada de los Colts. El papelón de la semana 16 ante los Jets y la derrota del domingo en Miami, dejan la puerta abierta para que Caldwell sea criticado y con la dureza y argumentos que a pocos se les puede acusar hoy en día.

Figura sin reflectores: el cuerpo de receptores de New Orleans.

Revisen la manera en que Drew Brees repartió sus pases y verán una lista bastante larga de jugadores recibiendo, al menos, un pase. Colston, Henderson, Meachem, Moore, Bush, P. Thomas, Shockey y D. Thomas, todos recibieron pases de Brees en la noche. Compartieron el protagonismo con recepciones en momentos de presión para su equipo. Una ofensiva que puede mostrar tantos receptores de calidad disponibles y que se enfrenta a una defensiva como la de Indy, merece todos los elogios que pueda recibir. Su merito, es haber aparecido en el momento importante y no permitir que la ofensiva se cargar en solo un par de jugadores.

De relleno: Dwght Freeney.

Si, capturo una vez a Brees. Pero nadie puede decir que Freeney fue factor en la noche de Miami. La captura llego en una situación donde Jerome Bushrod queda mano a mano contra el disminuido ala defensiva, pero el tackle de New Orleans demostró las deficiencias que lo hacen ser considerado el eslabón débil de esa línea ofensiva. Bushrod quedo mano a mano con Freeney en 4cuatro ocasiones en la primera mitad. En esas cuatro ocasiones siempre fue sobrepasado por el jugador defensivo, pero no con suficiente tiempo como para presionar a Brees. La actuación de Freeney resulto ser poco provechosa y hasta molesta para la defensiva de Indy. Era un lastre que fue eliminado con dobles marcas cuando New Orleans hizo los ajustes. La línea de Indy nunca pudo tocar a Brees con la excepción de esa captura de Freeney. Eso en buena medida se debe a que Raheem Brock y Keyunta Dawson no fueron colocados en el terreno con regularidad. Larry Coyer y Jim Caldwell prefirieron a un Freeney disminuido que a los sustitutos disponibles. El resultado desmonta el mito que se quiso establecer en la previa y según la cual Freeney en un 60% podía ser factor. Nada más lejano a lo que realmente ocurrió.

Al podio: Reggie Wayne.

Así como Caldwell y Manning (con mayor o menor justeza) serán juzgados por las decisiones que tomaron en momentos decisivos, a Wayne se le juzgara como el receptor numero uno que nunca se comporto como tal. Una cosa dejo clara la temporada y, especialmente, la manera en que termino la temporada de Indy: Marvin Harrison es irremplazable. Y la actuación de Wayne es una demostración de lo lejos que esta de poder llenar los zapatos de quien fuera el arma favorita de Peyton Manning hasta su retiro. La lesión de Anthony Gonzalez al inicio de temporada no fue factor porque la irrupción de Austin Collie y Pierre Garçon lo impidió. Incluso lo hizo contra los Jets en el campeonato de la AFC cuando Darrele Revis se encargo de secar a Wayne y a Dallas Clark. Pero en el partido más importante de la temporada de los Colts, Reggie Wayne demostró, no solo lo lejos que estar de poder llenar los zapatos de Marvin Harrison, sino lo lejos que esta de ser un receptor de elite en la liga. Hoy tiene, al menos, a 5 o 6 delante de él.