martes, 26 de octubre de 2010

Resumen: Semana 7.


-Si el del domingo en Soldier Field no fue el partido peor jugado ofensivamente de la temporada, está cerca. Chicago y Washington se unieron para 9 entregas de balón (6 INT, 3 fumbles), decisiones ofensivas que dejaron mucho que desear y dos pasadores que dieron un espectáculo para el olvido. DeAngelo Hall llego a Chicago como el esquinero al que mas pases le completaban en contra (88%). Ese dato intento ser explotado por Jay Cutler. El resultado, fueron 4 INT’s en la segunda mitad. El punto importante, es que 3 de las 4 entregas de Cutler llegaron contra la zona de Washington, incluida la regresada 92 yardas para TD. Ademas, al menos 2 de esas INT’s fueron pases mal lanzados por Cutler. Puede hablarse de cualquier cosa, menos de buen rendimiento del QB de los Bears. Pero Cutler también estuvo bajo presión toda la tarde. De las 4 capturas que permitieron los Bears, 2 llegaron por el centro (las otras 2 fueron de Brian Orakpo). Con esa suma de errores, Chicago solo perdió por 3 puntos. Eso, dice bastante de los Redskins.

-Roddy White llego al partido del domingo como el receptor que más veces había sido buscado por su QB (79 veces en 6 partidos), además de 43 recepciones y 546 yardas. Con ese record previo, resulta aun más increíble que los Bengals permitieran que White tuviera 11 recepciones, 201 yardas y 2 TD el domingo. Leon Hall y Adam Jones (si, Pacman), no pudieron con White. Matt Ryan fallo solo 2 de los 13 pases que intento en dirección de White y los Falcons llegaron a tener ventaja de 21 sobre Cincy en el medio tiempo. Los Bengals lograron dar vuelta al resultado en el tercer cuarto con 22 puntos sin respuesta. La clave en esa remontada fue explotar los espacios en la muy mal diseñada zona de los Falcons. Dunta Robinson no es un esquinero de elite, pero para Atlanta es más que necesario. Cincy sigue siendo un equipo sin capacidad para presionar pasadores y eso les ha pesado en los partidos cerrados. Atlanta volvió a ser un equipo corredor en esencia. Y con Michael Turner (123 yardas) sano podemos esperar varios partidos de ese estilo.

-Los Steelers soltaron 2 balones en los primeros 5 minutos de su partido en Miami. De esas ofensivas, Miami saco solo 6 puntos. Los Dolphins completaron 3 de sus 12 terceras oportunidades y fueron incapaces de establecer el juego por tierra. Por todas esas razones y algunas otras, Tony Sparano no culpo a los árbitros y a su desastrosa decisión al final del partido de la derrota de Miami. Que perdieran la batalla en el juego terrestre no significa que los Dolphins no hayan ganado la batalla en la línea. Solo 1 captura a Chad Henne (James Farrior) permitió la línea de Miami. Jake Long hizo uno de sus mejores trabajos del año contra James Harrison. Las pocas veces que Harrison pudo acercarse a Henne fueron jugadas rotas o escapadas del bolsillo. El problema para Miami fue lo mal que jugó su secundaria. Sean Smith y Jason Allen fueron incapaces de marcar a Hines Ward y Ben Roethlisberger ataco durante toda la primera mitad a Benny Sapp. Una de esa jugadas termino en un pase de 53 yardas a Mike Wallace para TD. Los Steelers perdieron a Aaron Smith y Lamarr Woodley en pleno partido. Con eso, la presión por el costado derecho de la línea de Miami fue inexistente. Aun así, Miami tenía que emplear frentes de 7 en la línea ofensiva para siquiera pensar en correr el balón. Koa Misi y Cameron Wake tuvieron otro gran partido presionando al QB. Especialmente Wake que además tuvo más acarreos defendidos que ningún miembro de la defensiva de Miami. A pesar de todo lo anterior, el partido parece resumirse en la jugada polémica del final. Y, en el análisis más profundo, en la incapacidad de los Dolphins para ganar partidos donde logran imponer sus condiciones. Algo que les ha costado mucho más en casa que de visitantes.

-En el “32 equipos, 32 notas” de la semana pasada, decía que si algo no se le podía achacar a Ryan Fitzpatrick era bajo rendimiento. El QB de los Bills ha sido uno de los puntos más altos de su equipo esta temporada. El domingo en Baltimore mejoro su relación TD-INT a 11-4 y estuvo a punto de liderar a Buffalo a una de las sorpresas de la semana ante los Ravens. Lastima para los Bills que sus equipos especiales y defensiva no pudieron sostener el buen rendimiento de la ofensiva y los Bills perdieron una ventaja de 14 al final de la primera mitad. Joe Flacco volvió a ser el pasador impreciso de las primeras semanas. Y el costado izquierdo de la línea de los Ravens volvió a mostrar que es uno de sus puntos más débiles. Aun con el regreso de Ed Reed, la secundaria de Baltimore mostro debilidades importantes. Fabian Washington fue sentado a mediados del último cuarto después de ser quemado en 3 ocasiones por Lee Evans para TD. Reed, sin embargo, fue el punto más alto del equipo en su regreso. 2 INT y un balón suelto forzado fueron su carta de presentación. Pero ni siquiera Reed pudo evitar que la secundaria de Baltimore fuera victimizada por Fitzpatrick. 5 de los receptores de los Bills recibieron al menos 1 pase de más de 10 yardas y Steve Johnson y Lee Evans recibieron más de 100 tardas aéreas. El resto del coctel toxico que representaron los Bills, se refleja en las capturas. Solo 1 permitió la línea de Buffalo. Y vino de Ray Lewis. Los frontales de Baltimore no pudieron ejercer demasiada presión sobre Fitzpatrick, aunque si fueron capaces de parar el acarreo. Especialmente en el tercer cuarto. Por primera vez desde 2008, Baltimore permitió 24 puntos en una primera mitad y por primera vez desde 2000 permitieron 500 yardas totales de una ofensiva rival. Ambas cuestiones y el rendimiento en general del equipo deben ser un llamado de atención para Jim Harbaugh y compañía. En enero, un partido parecido puede dejarlos fuera de de cualquier posibilidad de titulo o cosa parecida.

-Bienvenidos a 2010. Bienvenidos al año en que los Pats ganan partidos con 179 yardas totales. Los Chargers son uno de los desastres más grandes de la liga. Lo peor para sus fans, es que son un desastre competente. Es decir, sin errores mentales del calibre de los que cometieron en Qualcomm Stadium el último domingo, estarían primeros en su división y con comodidad. Esta versión de los Pats es mucho más rudimentaria que la de años anteriores. Pero si algo no puede discutirse, es su capacidad de aprovechar la más mínima brecha. Ante Miami y San Diego, ganaron partidos donde hicieron poco más que sus rivales, pero aprovecharon hasta el más mínimo error. San Diego tuvo 8 primeras oportunidades, 197 yardas, y 10 minutos de posesión mas que los Pats. La diferencia está en las 4 entregas de los Chargers contra ninguna de New England. De esas 4 entregas, 1 fue una INT del novato Devin McCourty y otra un balón suelto de Philip RIvers. Esas 2 entregas no se convirtieron en puntos, pero las otras 2 (balones sueltos de Kris Wilson y Richard Goodman), se tradujeron en 10 puntos para New England. Salvo esos errores en ofensiva y los ya acostumbrados errores de los equipos especiales, San Diego volvió a ser competitivo. Su defensiva presiono a Brady todo el partido y en la segunda mitad, salvo la serie de apertura, no permitieron mayor cosa a New England. Sebastian Vollmer necesito ayuda en varias ocasiones contra Shaun Phillips y Matt Light tuvo que recurrir a todo su arsenal para detener a cualquiera de los 3 pass rushers de los Chargers asignados a ese costado. Los pase pantalla fueron de particular ayuda para Philip Rivers todo el partido. Esencialmente porque New England debía comprometer a los defensivos que no presionaban a marcar la zona profunda. Darren Sproles (9 recepciones, 70 yardas) encontró muchos espacios en la zona media y los costados de la línea de golpeo. Si los Pats quieren que la pantalla no se les convierta en un problema, deben comprometer a algún apoyador a marcar el backfield permanentemente. Aunque con el personal que tienen para la posición, quizás ese apoyador nos sea tan fácil de encontrar.

-Olvidemos a Favre. Pensemos en defensivas. El esquema de Leslie Frazier se basa en la filosofía de la Tampa 2 clásica: presión con 4 y Cover 2 en secundaria. En buena medida, ese esquema se adapta al personal que tiene. No tiene una secundaria demasiado talentosa cuando a forzar entregas se refiere (luego podemos discutir si dejar ir a Darren Sharper fue o no un error), pero sus 4 frontales son, en teoría, capaces de imponer presión suficiente como para forzar errores en los pasadores rivales que sean aprovechados por la secundaria. El esquema de Dom Capers le da primacía a la secundaria (algo particularmente extraño en una 3-4). De nuevo, el personal con el que cuenta le da sentido a esa idea. La de Green Bay es una de las secundarias más talentosas de la NFL. Y este año al esquema de Capers se le añade la capacidad de presión de Clay Matthews. Un extra no siempre necesario en los esquemas de Capers, pero si para cualquier 3-4 exitosa en el último tiempo. Lo que vimos el domingo es la demostración de que el esquema defensivo de Green Bay funciona a la perfección (con Matthews sano, eso sí) y el de Minnesota tiene el serio problema de la falta de presión al QB rival. Si Jared Allen no puede presionar pasadores, los Vikes deben comprometer a algún otro defensivo a la presión. Y ese, es un jugador que se le resta a la defensiva de pase. Green Bay, por su parte, juega una de las zonas más agresivas de la liga. Perder a Nick Barnett les ha dado a Desmond Bishop. Un apoyador medio con mucha más capacidad de cubrir el pase que Barnett. Las 3 INT’s de Favre llegaron contra la zona de Green Bay. Las 2 primeras fueron plena responsabilidad de Favre, asediado por la presión de una muy buena versión de Brad Jones. La última es absoluta virtud de Nick Collins. Mas que sus problemas ofensivos (fundamentados en un equipo que insiste en ser pasador cuando tiene todos los elementos para ser el mejor corriendo), el problema de los Vikes es defensivo. Con Jared Allen en tan bajo nivel se cae la estantería del esquema de Leslie Frazier. Aun con Ray Edwards jugando en nivel de Pro Bowl.