lunes, 15 de noviembre de 2010

Resumen: Semana 10.


Los Bears de 2010 son incapaces de ganar un partido con buena ejecución. Si no son partidos horriblemente jugados, los Bears no se presentan. El del domingo en Soldier Field fue un fiel reflejo de la clase de partidos que Chicago ha ganado toda la temporada. 6 pérdidas y 13 castigos fueron parte del escenario. También parece tendencia que Jay Cutler luche contra sus demonios (o los del esquema de Mike Martz) antes de comenzar a producir. Mas alla de haber ridiculizado nuevamente a los 4 frontales de los Vikes, Cutler trabajo más y mejor fuera del bolsillo que dentro de él. Algo que se repite con mucha más frecuencia de la que a Mike Martz le gustaría. Obligan a Cutler a trabajar de esa manera, la línea ofensiva (los guardias son una calamidad) y su propio ADN como pasador. Las jugadas de finta, fuga y pase eran parte predilecta de su arsenal en Denver. Lovie Smith y Martz se encargaron de eliminar esa parte de las armas de Cutler. Pero cada vez que puede, Cutler demuestra que el bolsillo no es el hábitat en el que mas cómodo se siente. Mas alla de las 2 INT (solo la segunda es culpa suya), Cutler trabajo mejor cuando tuvo que escapar de la presión o de un bolsillo colapsado. Minnesota fue incapaz de ejercer presión efectiva contra Cutler. Al menos, no de manera sostenida. La mejor demostración de eso es la jugada del TD de Devin Hester al final de la primera mitad. Una carga de profundos, en la que Ray Edwards era el encargado de cubrir la zona media. Ante la imposibilidad de presionar a Cutler con sus 4 frontales como tan bien lo hicieron en 2009, Leslie Frazier ha tenido que sacar jugadas de ese estilo para imponer presión sobre los pasadores rivales. Un escenario nada alentador, si consideramos que la secundaria de los Vikes no puede darse el lujo de marcar hombre todo un partido. Del otro lado estuvo un Brett Favre que cometió los errores de siempre. Que las 4 perdidas de los Vikes fueron culpa de Favre no debería sorprender a nadie. Minnesota tiene un problema de receptores que no han podido resolver en todo el año. Mucha pantalla y pases cortos a Shiancoe y Percy Harvin fueron la solución a la ausencia de ofensiva profunda de los Vikes. Exceptuando un grosero error en cobertura en el TD de Harvin, la defensiva de Chicago no le permitió mayor cosa a Minnesota. Esta más que demostrado que Favre trabaja mejor cuando tiene opciones profundas en el terreno. Por eso, el regreso de Sidney Rice es urgente. Aunque, después de la derrota en Soldier Field quizás sea demasiado tarde.

Los Jets siguen ganando partidos de detalles. La interferencia defensiva de Reinaldo Hill los salvo en Invesco Field. El gol de campo fallado por Ndamukong Suh los salvo en Ford Field. Y un balón suelto de Chansi Stuckey los salvo en Cleveland. Aunque, es necesario recordar, que Nick Folk fallo 3 goles de campo el domingo. En algún punto, el grifo de yardas terrestres ofensivas se cerró para los Jets. En ese momento, Mark Sánchez comenzó a tener problemas. Cleveland mantuvo a Sánchez bajo presión toda la tarde. Solo escapadas circenses del QB de los Jets explican que lo hayan capturado 1 vez en todo el partido. Los Browns están lejos de ser un equipo con talento suficiente para asustar a nadie. Pero la actitud es lo que los ha llevado a ser un equipo peligroso para lo que resta de temporada. Peyton Hillis es el mejor ejemplo de esa actitud. Tacklear a Hillis no es tarea de un solo hombre y para los Jets, en ocasiones, no alcanzo con 2. La otra nota alta de Cleveland es Colt McCoy. Antes de comenzar la temporada, Mike Holmgren dijo que McCoy no jugaría de no ser por lesiones de Jake Delhomme y Seneca Wallace. Las lesiones ocurrieron y McCoy ha trabajado muy bien. El drive anotador del empate a falta de 44 segundos, es una demostración de la madurez de esquemas que tiene McCoy. Pensando que solo les costó una selección de tercera ronda, que ha demostrado madurez en el bolsillo y que se ha compenetrado bien con la química de un equipo que parecía perdido al inicio, nada hace pensar que McCoy pueda perder el trabajo en algún momento del futuro cercano.

Además de aumentar la cantidad de dinero que los Dolphins le tendrán que pagar a final de temporada, Chad Pennington puede haber terminado su temporada y su carrera el domingo en Miami. Otra lesión en el hombro derecho lo saco del partido contra Tennessee y el pronóstico, por tratarse de un hombro ya rehabilitado en 2 ocasiones, no es nada alentador. En ese contexto, los Dolphins quedaron como al inicio de la semana: con Chad Henne como QB y con problemas para ejecutar en zona roja. Aunque el domingo les fue mejor de lo que en sus últimos partidos (3-5). El efecto Randy Moss se noto inmediatamente en Miami. Con Vontae Davis y un safety asignados a la marca de Moss (el safety en zona), Miami no pudo llenar la caja con jugadores que le impidieran grietas a Chris Johnson. El acarreo anotador de 17 yardas es una demostración del efecto que Moss puede tener en esa ofensiva. Aunque, para eso, los Titans deberán encontrar una manera de mantener a sus QB’s sanos y ejecutando. Mientras Vince Young o Kerry Collins no puedan establecerse, será difícil que Moss se adapte al nuevo esquema. La gran clave de Miami toda la temporada fue su línea ofensiva. Mantener a Henne (o Pennington o Tyler Thigpen) alejados de la presión de los Titans (que antes del partido promediaban 3.3 capturas por partido) fue esencial para el rendimiento de la ofensiva. Eso y la buena secundaria (Al Harris demostró que es una apuesta acertada y que su rodilla está totalmente recuperada) explican la victoria de los Dolphins. Primera en casa en la temporada y fundamental para no perder chances en la carrera por la división.

Los Giants dieron una demostración del porque no pueden ser considerados el mejor equipo de la NFC. Además de los Falcons, la otra razón de peso para no entregarles semejante reconocimiento es su inestabilidad en todas las facetas del juego. Ofensivamente, Eli Manning sigue siendo un pasador con 2 caras absolutamente diferentes. La mala fue la que se presento el domingo en New Meadowlands Stadium. Y un rendimiento semejante en playoffs puede dejar a los Giants fuera de cualquier discusión de Super Bowl. Defensivamente, la secundaria de NY se comporta a la altura que sus 4 frontales les permitan. Es decir, cuando los Giants son capaces de poner a Osi Umenyiora y Justin Tuck frente al QB rival y obligarlo a lanzar prematuramente o fuera de ritmo, la secundaria es capaz de aprovechar los errores. Cuando eso no ocurre, el perímetro de los Giants queda expuesto como contra Dallas. Marc Colombo y Doug Free tuvieron uno de sus mejores partidos del año y Jon Kitna utilizo ese tiempo para victimizar a la secundaria de los Giants. Los Cowboys han quedado para esto, para molestar frente a los rivales que puedan tener aspiraciones a playoffs. La versión que mostraron en NY fue una bastante más comprometida con los fundamentos del juego que la mostrada en Lambeau Field solo una semana antes. El cambio de aire funciono. Al menos de entrada. Sin posibilidades de playoffs, Jason Garrett tiene media temporada para imponer filosofía y ganarse el respeto de un vestuario que no lo aprecia demasiado.

Pocos equipos han hecho lo que New England consiguió el domingo en la noche: ir a Heinz Field y darle un repaso a los Steelers durante buena parte del juego. Los Pats son el primer equipo que consigue100 yardas terrestres contra Pittsburgh (el tope eran 75 de Tampa en la semana 2). Lo hicieron en solo 24 acarreos y poniéndole 350 yardas a la secundaria de los Steelers. Una verdadera paliza. Las consecuencias de la lesión de Aaron Smith ya empiezan a sentirse. Sin Smith en la línea defensiva, correr contra Pittsburgh es mucho más sencillo. Y comprometer a más jugadores internos a la marca de James Harrison y Lamarr Woodley es mucho más factible. Pero los problemas de los Steelers son fundamentalmente ofensivos. Sin la misma primacía del acarreo que tenían al principio de la temporada, las lesiones de Max Starks, Chris Kemoeatu y Hines Ward y los lentos inicios de Ben Roethlisberger le han pesado a Pittsburgh. Encontrar soluciones en la línea es el principal problema. Tully Banta-Cain hizo un festival por el costado izquierdo de la línea de los Steelers. Y los Pats capturaron 5 veces a Big Ben. Si los Steelers no quieren vivir la misma situación que en 2009 (arrancaron 6-2 y cerraron 3-5 para quedarse fuera de playoffs), tendrán que solventar la inestabilidad de su línea ofensiva. Ya era inestable antes de la deserción de Starks y lo fue durante la ausencia de Kemoeatu. Ahora, lo es mucho más. New England regreso de la derrota en Cleveland con un partido casi perfecto en un lugar donde no cualquier equipo maneja bien todos los fundamentos. Los llevo Tom Brady y un ataque terrestre que ya merece todo el respeto que se les pueda entregar. Aunque siguen sin ser capaces de mantener bajos en puntos a los equipos rivales. En playoffs, los festivales de puntos no siempre los gana el que mejor maneja los fundamentos.