domingo, 15 de enero de 2012

AFC Divisional: Texans v Ravens

El ejercicio favorito de los Ravens en la última década ha sido dejar colgados a sus fanáticos en enero. No ha sido fácil. Ha demandado un altísimo nivel de perfeccionamiento en las formas y una cantidad de repeticiones casi obsesiva. Eso, y algunas visitas traumáticas a Heinz Field. El domingo, en casa, los Ravens van contra sus propios fantasmas en playoffs. Juegan contra un equipo que llega a esta instancia con los deberes hechos. Para Houston todo es ganancia desde la semana pasada. El antecedente de la semana 6 es un poco lejano, especialmente para unos Texans cuyas condiciones cambiaron dramáticamente en la segunda mitad de la temporada.
Houston en Baltimore: Para los Ravens, el problema que le han significado los Steelers en el último lustro no solo se refleja en sus derrotas en Heinz Field en playoffs, también refleja en su record en estas fechas. Baltimore tiene record de 7-4 como visitante y de 1-3 como local en playoffs. Mayoría de juegos como visitantes, implica que clasificaron como comodines en una división dominada por Pittsburgh. El partido de la semana 6 sirve como antecedente solo de esquema y eso con algunas excepciones. Aquel día el pasador de los Texans fue Matt Schaub y no estuvo presente Andre Johnson. Los Ravens no tuvieron a Ben Grubbs ese día. Sin Johnson, los Texans vivieron de la pantalla como opción de pase. Schaub envió 9 pases detrás de la línea de golpeo, completo 5 y solo consiguieron 23 yardas. Sin profundidad, fue un poco más sencillo diagnosticar lo que los Texans podían enviar en cada snap. Ray Lewis definió los esquemas de pase de Schaub aquel día. Cuando Lewis cargaba o se acercaba a la línea previendo acarreo, Schaub atacaba la zona media con rutas cortas. El problema para Schaub estuvo cuando Lewis retrocedía porque eliminaba la zona media como posibilidad y solo le dejaba la pantalla al flat como opción. Con Johnson presente, TJ Yates no debería sufrir tanto con Lewis y las opciones medias. Aunque, por encima de cualquier cosa, los Texans son un equipo corredor. En la 6, Arian Foster tuvo serios problemas para atacar la línea. Houston también trabajo esa parte de su ataque basados en la manera en que se alineara Ray Lewis. En formaciones 5-2, usualmente enviaron formaciones escopeta con acarreos de Foster o Ben Tate al costado opuesto al de Lewis. Es más que probable que contra Yates, Lewis se estacione toda la tarde como espía en el centro de la zona. Especialmente si los Ravens pueden parar el acarreo por el centro sin la ayuda de sus dos apoyadores medios. Si los Texans pueden correr, vienen las malas noticias para Baltimore. No se trata de sufrir con el acarreo en sí mismo, sino con lo que trae en términos de esquema: el play action. Contra Cincy, Yate completo 4 de 8 en pases de más de 15 yardas. Todos los que completo, llegaron en jugadas de finta y pase incluyendo el TD de Andre Johnson. Piensen además que Jay Gruden vende bastante bien sus jugadas de finta y pases, con formaciones de solo 2 receptores en las que Yates tiene rating de 112.2. La gran incógnita del partido pasa por la ofensiva de Baltimore. Cualquiera que haya visto a este equipo en la semana 1 contra Pittsburgh pudo pensar que eran los candidatos A1 al Super Bowl en la AFC. Y cualquiera que los haya visto contra Jacksonville en Monday Night, pudo pensar que eran contendores a la primera selección del draft. Los apagones ofensivos de los Ravens fueron escandalosos en la temporada. Joe Flacco es un pasador que necesita ayuda del esquema. No es casualidad que los peores momentos de Baltimore en el año fueran con Flacco intentando dos y hasta tres veces más pases que acarreos Ray Rice. Tanto como Eli Manning, el brazo de Flacco parece tener múltiples personalidades. En esencia, porque la bomba viene y va de su arsenal semana a semana. La solución de los Texans es la usual: presión y más presión. Con 44 capturas y el número más alto de hits en la liga (115), la de los Texans es, hoy en día, la caja más peligrosa de la NFL. En la 6, los Ravens amasaron 113 yardas terrestres contra esta defensiva. La clave estuvo en la manera en que pudieron desactivar el combo que en el centro forman los apoyadores Brian Cushing y DeMeco Ryans con el tackle nariz Shaun Cody. Es pura y simple disciplina de gaps (espacios) en la línea. Los apoyadores se encargan de las burbujas. Trabajan mucho esquema 4-3 de un espacio que parece en principio 3-4 o 5-2. Usualmente es Cushing el que más presiona contra el acarreo. En la 6, la solución que le dieron los Ravens fue enviar a Vonta Leach a bloquear un espacio al que inmediatamente se presentaba Cushing, mientras Ray Rice cambiaba de dirección. Será mucho más difícil esta vez, especialmente si los Texans logran sellar su secundaria como lo hicieron contra Cincy.
Pronóstico: Dos equipos muy parecidos. Quizás demasiado. La clave estará en la manera en que cada uno afronte el escenario. Los Ravens tienen todas las obligaciones del caso y el historial muestra que no les va bien en esas situaciones. Para los Texans es no olvidar su guion de toda la temporada y trabajar las situaciones del partido con el mismo ímpetu de todo el año. Para los Ravens y probablemente para todo el partido, lo fundamental es la versión de su ofensiva, especialmente de su ofensiva de pase, que se presente. A esta altura y con el historial reciente aun fresco en la memoria, es difícil imaginar lo que pueda llegar a pasar. Texans 27 – Ravens 23.